Queremos empezar, destacando la importancia de poner en práctica la pedagogía del amor y la ternura. El afecto, el cariño y el respeto, crean la seguridad, autoestima y autonomía necesarias para explorar y aprender, (la infancia es la etapa de la vida en la cual poseemos una capacidad infinita de creatividad, de construcción de esquemas cognitivos y de conexiones sinápticas), así como para alcanzar el bienestar psicológico, emocional y corporal, ya que con un clima de afecto nuestros niños y niñas pueden aumentar la capacidad de resiliencia, superar la ansiedad, la inseguridad y los miedos. Así, con amor crearemos un ambiente adecuado para conseguir un desarrollo integral.